¿Es la colaboración una competencia interpersonal? (Y cómo aprovecharla en el trabajo)

Resumen ejecutivo:

Es un fenómeno interesante observar las diferentes dinámicas de grupo que se producen en tiempo real. En una clase de MBA, en una conferencia profesional o incluso en reuniones internas de una organización, a menudo se observan los diferentes enfoques de algunos directivos y facilitadores de reuniones. Sin embargo, también se dará cuenta de que ciertos equipos y esfuerzos de colaboración se mueven con mayor rapidez, fluidez y, en general, con mayor eficacia que otros.

¿Qué características tienen estos equipos y grupos que los lanzan a un ambiente diferente en comparación con los demás? ¿Es la experiencia, la diversidad o los conocimientos sobre la materia lo que diferencia a estos grupos? Aunque estos aspectos pueden proporcionar definitivamente cierto contexto de por qué algunos grupos avanzan más rápido, sigue siendo parcial hacia una dimensión que mucha gente pasa por alto: las habilidades blandas.

Así pues, cabe preguntarse si la colaboración es una competencia interpersonal. Intentemos averiguarlo.

¿Qué son las competencias interpersonales?

Para entender mejor las habilidades blandas, puede ser útil definir las habilidades tal y como las conocemos como "habilidadesduras" o habilidades específicas del trabajo. Las habilidades duras son esencialmente los conocimientos técnicos que necesitarás para ejecutar una tarea correctamente o ejecutar una tarea con un cierto grado de calidad. Si piensas en trabajos muy explícitos desde el punto de vista técnico, como la programación informática, las habilidades duras estarían relacionadas con la capacidad de escribir código en Python, SQL o Swift. Las habilidades duras pueden ser de todo tipo, pero suelen ser medibles en cuanto a competencia y certificables a través de organismos de calificación específicos (tu título universitario puede entenderse como un ejemplo de habilidad dura dentro de ese ámbito).

Las competencias interpersonales, como su nombre indica, se centran en habilidades menos mensurables y se centran en los aspectos interpersonales de la forma de abordar el trabajo, los compañeros e incluso los conflictos cuando surgen. Indeed, un popular recurso para la búsqueda de empleo, dedicó un artículo entero a explicar por qué las habilidades interpersonales son importantes, no sólo porque te ayudan a entablar relaciones profesionales, sino porque ayudan a los empresarios a entender cómo puedes encajar y trabajar eficazmente con el resto de la empresa.

Indeed continúa explicando que las habilidades blandas "pueden aumentar tu potencial de crecimiento en una organización por tu capacidad de liderazgo, de trabajo en equipo o de comunicación".

¿Es la colaboración una habilidad blanda? La complejidad de la dinámica de equipo

Sea cual sea el trabajo que realizamos, al menos para la mayoría de nosotros, vivimos en sociedad y, para llevar a cabo nuestro trabajo, nos conviene colaborar con otras personas. Estas personas pueden ser clientes, proveedores, socios o, en términos más generales, cualquier público al que nos dirijamos.

Sin embargo, trabajar en colaboración es más fácil de decir que de hacer. A pesar de tener probablemente el mismo objetivo final en mente, a menudo nos encontramos en desacuerdo con la persona o personas con las que trabajamos. Es una preocupación común para la mayoría y es una de las principales razones por las que muchos aborrecen el trabajo en grupo, ya que puede quitarles mucho de lo que encuentran eficaz en su método de abordar el trabajo, y aumentar la incertidumbre y la imprevisibilidad para ellos.

Esto puede dar lugar a un fenómeno en el que los estilos de trabajo entran en conflicto en un equipo. "Un estilo de trabajo es la forma en que uno funciona de forma natural en un entorno de equipo", afirma Jenn Chen, estratega digital afincada en San Francisco. Pero, al igual que ocurre con los tests de personalidad, los estilos de trabajo pueden ser difíciles de precisar a pesar de sus múltiples influencias en el trabajo en equipo.

Las diferencias de orígenes y contextos también pueden contribuir a la complejidad de la dinámica de equipo. Anam Ahmed, redactora de Chron, explica que, si bien la diversidad cultural puede significar perspectivas y oportunidades únicas, también puede acarrear retos en los diferentes estilos de comunicación, la comprensión de la jerarquía y la dinámica de poder, así como en la forma en que las personas perciben el riesgo y toman decisiones.

Incluso con un grupo especialmente homogéneo, puedes encontrarte con problemas de falta de comunicación con el propio trabajo. "Es la pesadilla de cualquier directivo oír que un miembro del equipo ha terminado una tarea que ya estaba hecha", afirma Kate Dagher para Fellow. De hecho, el solapamiento de tareas puede provocar el consumo de recursos, la pérdida de tiempo e incluso conflictos sobre qué persona tiene mayor propiedad sobre la tarea.

Pero el trabajo en grupo es inevitable la mayoría de las veces y sigue considerándose una de las mejores formas de aportar innovación y eficacia a su organización. Por ello, los empleadores se fijan en las habilidades interpersonales y en las duras para evaluar en qué medida puedes desarrollar la capacidad necesaria para trabajar con otras personas en contextos muy diversos.

5 habilidades sociales de colaboración que hay que mejorar para trabajar en equipo con eficacia

Como hemos establecido, las habilidades blandas operan en la otra cara de la moneda de las habilidades empleables que buscan las empresas. Mientras que las habilidades duras suelen ser medibles a través de los numerosos cursos de certificación y revisiones profesionales, las habilidades blandas son un poco más subjetivas y abstractas.

Al igual que los tests de personalidad y las diferentes evaluaciones psicológicas, puede ser útil categorizar ciertas habilidades blandas en grupos que la gente considera más útiles en entornos de equipo. Estas habilidades blandas pueden expresarse de diferentes maneras, por lo que cabe esperar que otros recursos hablen de estas habilidades blandas utilizando diferentes términos, pero que sigan siendo muy coherentes en algunos aspectos fundamentales.

1. Comunicación eficaz

Una de las primeras cosas que querrás empezar a desarrollar, tanto para ti como para cualquier otra persona con la que trabajes o dirijas, es la habilidad que rodea a la comunicación eficaz. Puede que sepamos hablar el idioma y conversar entre nosotros de forma habitual, pero hacerlo de la forma más eficaz es una habilidad en sí misma.

Es ese punto clave, la eficacia, el que lo define como una habilidad blanda clave para el trabajo en equipo (y el desarrollo profesional en general). En términos formales, la comunicación eficaz puede definirse como el proceso de intercambio de ideas, pensamientos, opiniones, conocimientos y datos, de modo que el mensaje se reciba y comprenda con claridad y propósito.

Para desarrollar una comunicación eficaz, puedes recurrir a un marco útil que te sirva de guía a la hora de hablar y compartir ideas: las 5C de la comunicación. Las 5C significan Claro, Correcto, Completo, Conciso y, lo que es más importante, Compasivo. Con estas directrices sobre la forma de comunicarse, podrá compartir mejor sus ideas con cualquier interlocutor.

Es importante abordar la comunicación como una de las primeras habilidades blandas que hay que desarrollar. Según un informe de Provoke Media, cada año se pierden casi 37.000 millones de dólares por algún tipo de error en la comunicación. Es decir, ¡casi 26.000 dólares por trabajador! Por otro lado, la mejora de la comunicación puede llevar a las empresas a un 47% más de rentabilidad total para los accionistas en comparación con las empresas que no mejoran sus habilidades de comunicación.

2. Disposición de colaboración

La disposición de colaboración, o lo que nos gustaría describir como tu capacidad para colaborar abiertamente con los demás, es el siguiente paso natural una vez que desarrollas tus habilidades de comunicación entre tus compañeros. Algunos podrían describirlo con otros términos, como "mentalidadabierta" o "confianza", pero todos estos términos diferentes se centran en enriquecer aún más el ambiente de colaboración dentro de tu grupo.

Un aspecto específico de la disposición a colaborar es la capacidad de escuchar y de escuchar con eficacia. Al igual que en nuestra entrada sobre comunicación, escucharse a uno mismo y a las personas que nos rodean es una habilidad blanda que deberíamos desarrollar junto con otras habilidades clave para el trabajo en equipo. El coach de liderazgo empresarial Cameron Herold la describe como una de las habilidades más importantes que tendrás que integrar en tus estilos de liderazgo. Explica que las habilidades de escucha son "...no sólo escuchar a alguien hablar, sino realmente oír lo que está intentando decir, lo cual es absolutamente necesario para tener una buena comunicación".

Para escuchar mejor y, en general, ser un compañero de equipo colaborador más eficaz, concéntrese en los métodos para seguir facilitando las aportaciones de las personas con las que trabaja. Haz preguntas abiertas, mantén la mente abierta a sus respuestas y evita interrumpir su turno de palabra, añadiendo tu voz solo para resumir lo que han dicho en un intento de corresponder a sus pensamientos y confirmar tu comprensión.

3. 3. Inteligencia emocional

Al profundizar en los matices de las habilidades blandas, empezamos a mirar más allá de las interacciones externas y comenzamos a reflexionar sobre cómo reaccionamos internamente a las situaciones que nos rodean. Las habilidades blandas exigen algo más que una simple validación externa, sino una verdadera evaluación crítica de cómo tú mismo gestionas la forma en que reaccionas emocionalmente al mundo que te rodea.

Esta autoconciencia se denomina "inteligencia emocional", una habilidad blanda clave y se define a través de 5 elementos diferentes (a veces medidos como Cociente Emocional, o EQ). El psicólogo Daniel Goleman definió estas 5 facetas como autoconciencia, autorregulación, motivación, empatía y habilidades sociales. Estas diferentes dimensiones de la inteligencia emocional pueden conducir al éxito no sólo en la vida profesional, sino también en la personal. En esencia, rige su capacidad para mantener la compostura en situaciones estresantes, relacionarse con los demás de forma significativa y desarrollar relaciones sostenibles a largo plazo.

Esta amplia y abarcadora competencia interpersonal existe desde la década de 1990 y desde entonces ha cobrado importancia como una de las competencias interpersonales más importantes en el lugar de trabajo. Casi el 75 % de los directores de recursos humanos se fijan más en la Inteligencia Emocional que en el Coeficiente Intelectual, ya que consideran que la Inteligencia Emocional puede mejorar la satisfacción y el rendimiento en el trabajo.

Como se trata de una habilidad blanda en gran medida individual, el desarrollo de la inteligencia emocional requiere muchas prácticas de autoconciencia. Identifica cómo reaccionas en situaciones concretas, especialmente en las de alto estrés, y sé claro contigo mismo sobre cómo podrías necesitar mejorar en algunos aspectos. Sigue construyendo tu etiqueta social involucrándote activamente con tus compañeros, incluso utilizando la estrategia de escucha activa de la que hablamos anteriormente.

4. Confianza en la toma de decisiones

Gran parte de lo que hemos tratado hasta ahora se ha centrado en el desarrollo de tu capacidad para trabajar junto con tu equipo en diferentes modos de comunicación, así como en tus capacidades internas para gestionar todo esto. Pero llegará un momento en el que habrá que tomar decisiones empresariales clave y tendrás que desarrollar tus capacidades de confianza en la toma de decisiones para dar a tu equipo (y a ti mismo) la seguridad de los próximos pasos a seguir.

La confianza en la toma de decisiones entra en juego en muchas situaciones diferentes y suele ser un factor clave que los directivos tienen en cuenta a la hora de buscar futuros líderes potenciales para su empresa. Saber tomar decisiones bien fundadas con información a veces incompleta es fundamental para que la empresa siga funcionando. Como miembro de un equipo, esta habilidad puede ayudarle a descubrir prejuicios, aprovechar toda la información disponible y ayudar a todos a llegar a la decisión más eficaz posible.

Los marcos de confianza para la toma de decisiones son bastante sencillos, similares a cualquier buen proyecto de investigación que puedas emprender. Al igual que el método científico, es importante comprender adecuadamente el problema al que te enfrentas antes de buscar soluciones. Es aquí donde se cita al propio Albert Einstein, quien dijo que se dedicaban "55 minutos a definir el problema y 5 minutos a la solución", lo que demuestra lo importante que es enmarcar el problema de forma que todo el mundo entienda lo que se intenta resolver.

A partir de aquí, sigue hipotetizando sobre las posibles soluciones y decidiendo qué alternativas ofrecen las mejores ventajas minimizando los posibles riesgos. A partir de aquí, es probable que tengas un poco más de confianza que cuando empezaste sobre qué acción tomar.

5. Mentalidad de crecimiento

La última de nuestra lista es la habilidad más progresista y subjetiva que puede lanzarte a ti y a tu equipo hacia nuevas innovaciones y una mayor eficiencia: la mentalidad de crecimiento. Lo difícil de definir esta habilidad es que el crecimiento en sí puede significar cosas diferentes para cada uno de sus compañeros de equipo. La psicóloga de Stanford Carol Dweck acuñó este término a principios de la década de 2000, utilizándolo para describir cómo algunos estudiantes utilizan los fracasos y los errores como parte de sus planes de crecimiento a largo plazo.

Hoy en día, la mentalidad de crecimiento es una poderosa habilidad blanda que hay que tener, ya que esencialmente acoge la idea de la experimentación y fomenta la innovación, ya que se centra menos en los factores de riesgo y más en los beneficios potenciales a largo plazo. Aunque no ignora la realidad material que tienen estos riesgos, el simple cambio de perspectiva os permite a ti y a tu equipo profundizar más en los problemas críticos de tu negocio o proyecto que pueden resolverse con el pensamiento lateral.

Además, las mentalidades de crecimiento también pueden ayudar a los aspectos interpersonales de tu equipo. Con una mentalidad de crecimiento adecuada integrada como parte de tu dinámica de trabajo, tú y tu equipo podréis compartir más fácilmente los comentarios de los demás, así como ofreceros como voluntarios para nuevos proyectos que puedan impulsar aún más vuestras capacidades. La mentalidad de crecimiento es una de las habilidades blandas más adaptables que pueden desarrollar las personas, pero necesitará ser alimentada de forma constante para garantizar que no se convierta en una mentalidad fija más adelante. Focus sobre el desarrollo a través de los errores aquí y allá mientras se fomenta la experimentación en diferentes frentes, incluso en los procesos establecidos. Con esta habilidad blanda establecida en tu equipo, no sólo podrás trabajar mejor con tus compañeros, sino también elevarlos a nuevas cotas. 

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